lunes, 25 de octubre de 2010

Hay que replantearse la vida según el tipo d hombres q seamos...‏

Un norteamericano felicitó al mexicano por la calidad del pescado que acaba de ver como cogía y le
preguntó cuánto tiempo había tardado en pescarlo.
El mexicano replicó: Oh! Sólo un ratito.

Entonces el norteamericano le preguntó por qué no se había quedado más
tiempo para coger más peces.

El mexicano dijo que ya tenía suficiente para las necesidades de su
familia.

El norteamericano volvió a preguntar: ¿Y qué hace usted entonces con el
resto de su tiempo?

- El mexicano contestó: - Duermo hasta tarde, pesco un poco, juego con
mis hijos, duermo la siesta con mi mujer, voy cada tarde al pueblo a tomar
unas copas y a tocar la guitarra con los amigos. Tengo una vida plena y
ocupada, señor.

- El norteamericano dijo con tono burlón: - Soy un graduado de Harvard y
le podría echar una mano. Debería dedicar más tiempo a la pesca y con las
ganancias comprarse una barca más grande. Con los beneficios que le
reportaría una barca más grande, podría comprar varias barcas. Con el
tiempo, podría hacerse con una flotilla de barcas de pesca. En vez de
vender su captura a un intermediario, se la podría vender al mayorista;
incluso podría llegar a tener su propia fábrica de conservas. Controlaría
el producto, el proceso industrial y la comercialización. Tendría que irse
de esta aldea y mudarse a Ciudad de México, luego a Los Ángeles y
finalmente a Nueva York, donde dirigiría su propia empresa en expansión.

- Pero señor, ¿cuánto tiempo tardaría todo eso?

- De quince a veinte años.

- Y luego ¿qué?

- El norteamericano soltó una carcajada y dijo que eso era la mejor
parte:

- Cuando llegue el momento oportuno, puede vender la empresa en bolsa y
hacerse muy rico. Ganaría millones.

- ¿Millones, señor? Y luego ¿qué?

- Luego se podría retirar. Irse a un pequeño pueblo costero donde podría
dormir hasta tarde, pescar un poco, jugar con sus nietos, hacer la siesta
con su mujer e irse de paseo al pueblo por las tardes a tomar unas copas y
tocar la guitarra con sus amigos.

- Bueno, pero eso es lo que hago ahora señor ¿Por qué tengo que esperar
veinte años?

¡¡ MERECE LA PENA LEERLO CON ATENCIÓN PORQUE ME PARECE QUE HAY ALGO EN
LO QUE NOS ESTAMOS EQUIVOCANDO !!

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